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Blog-Septiembre-2021
NOIR COLOR

La ciudad y su resiliencia- La seguridad

Por Angel Preciado Domínguez

 

En nuestra publicación anterior, abarcamos un panorama general de la ciudad, su terminología y su desarrollo; ahora la abordaremos desde un campo esencial para la resiliencia de nuestras ciudades, ese elemento donde afecta si es de día o de noche, el punto de la ciudad donde se encuentre, donde puede hacer cambiar nuestro comportamiento y hacernos evitar ciertos callejones y sendas reducidas, etc. Estamos hablando de la seguridad.

Pudiese ser complejo hablar de seguridad en la ciudad, ya que a bote pronto temas como la política, el sistema policial, la economía y el estudio sociológico de las zonas o espacios de estudio, hacen debate y análisis para publicaciones, series u otro tipo de multimedia que la aborden, sin embargo, es común escuchar la frase “cada uno de nosotros puede hacer la diferencia”.

La seguridad es un tema complejo y, por supuesto, aplican una multitud de circunstancias, sin embargo, cada uno de nosotros nos vemos involucrados en ella. Desde nuestro día a día, la salida de nuestro hogar, si nos enfrentamos al tráfico, llegamos por algún aperitivo de paso, ir nuestro lugar de trabajo, etc. Comúnmente repitiendo este proceso cinco o seis días por semana.

Para este punto de la lectura podrían pensar que cada uno de nosotros debemos de conseguir nuestra seguridad, y sí (en cierto modo), ya que la resiliencia en una ciudad, en cuanto seguridad, recae parcialmente en nosotros mismos, en nuestra ruta a casa, trabajo y resto de actividades. Comúnmente, ya que tenemos un camino conocido, que nos parece familiar, tendemos a comprar en los mismos lugares, debido a que tendemos a hacer una rutina en la cual realizamos actividades determinadas, compramos generalmente las mismas cosas y tenemos un trabajo con ciertas garantías.

Dichas actividades, entre líneas, implican de manera inherente la existencia de calles y edificaciones en la ecuación. Nosotros transitamos y habitamos espacios que nos proveen cierta seguridad, pero, lo irónico es que, si alguna vez salimos de la rutina anterior y se escogemos otra ruta, o llegamos a otro establecimiento, o incluso si cambiamos de lugar de trabajo, nos puede generar cambios, ya sea en nuestros traslados, en servicios y garantías laborales, intereses personales, etc. Incluso de nuestra percepción de seguridad.

Hasta el momento hemos abordado un tipo de perfil de usuario, pero, si cambiamos nuestro punto de vista al de otros usuarios, que transitan en diferentes circunstancias y espacios, durante las 24 hrs, como los peatones, nos encontramos con el cuestionamiento de ¿cómo aumentamos su seguridad? Teniendo como referencia el análisis anterior, entendemos que cada actividad que realizamos interviene en un espacio, ya sea edificado o no, público o privado.

Si a partir de aquí pensaron que las calles juegan ese papel importante, están en lo correcto. Si, por ejemplo, llevamos a la práctica un diseño óptimo de banquetas, este pequeño detalle permitiría disminuir en gran medida las muertes viales y accidentes de tránsito.

Si esto representa o no una mayor seguridad por donde transitamos, queda para su reflexión.

Esto es solo un pequeño gran cambio para nuestra seguridad, que puede hacer que una ciudad aumente su valor, habitabilidad y calidad de vida para sus residentes. Claro que existen más soluciones, tanto técnicas como criterios que se pueden aplicar, en donde podemos aportar y nuestro grano de arena, haciendo que nuestras futuras generaciones vivan en una ciudad más segura.

 

Autor:

Angel Preciado Domínguez

Arquitecto, entusiasta del urbanismo y el ordenamiento territorial. Cofundador del despacho de urbanismo y arquitectura UrbanDot.mx

 

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