
La ciudad y su resiliencia- las banquetas
Por Angel Preciado Domínguez
Normalmente el ciudadano día a día se traslada de un punto a otro ya sea para comenzar su rutina cotidiana o para salir de ella, sin embargo, esa actividad puede implicar un traslado con un mayor esfuerzo físico que el presionar el acelerador, freno y clutch en nuestro automóvil o estar sentado o parado en el autobús, esta actividad es el caminar.
El caminar por nuestras ciudades, además de ser un buen ejercicio, ayuda en relajar nuestra mente y a apreciar nuestras calles, flora y fauna de la misma, pero para llevar a cabo dicha actividad estamos normalmente limitados a un cierto espacio para transitar, ya que los vehículos motorizados cuentan con la mayoría del espacio ocupado para que transiten en él y para nosotros tenemos las banquetas para transitar en ellas.
Las banquetas son ese espacio que, al final del día, se convierte una infraestructura totalmente infravalorada por todos los actores que intervienen en ella, donde, en la gran mayoría de las circunstancias, el peatón hace que su caminar se vea conflictuado debido a obstáculos y a irregularidades de las mismas.
Ahora imagina que ves a una persona en silla de ruedas, piensas que estará sobre la banqueta, esa infraestructura destina para peatones, porque esa persona también es un peatón, como tú y como yo, y tiene los mismo derechos a una movilidad segura en nuestras ciudades. Esta persona se esperaría que transitara sobre la banqueta, sin embargo, como se mencionó anteriormente, las condiciones de las banquetas habitualmente no es la mejor, y la regulación de las mismas es cuestionable, por lo tanto, sucede que se comienza a transitar por la infraestructura que para la gran mayoría de los actores piensan que predominan: los vehículos motorizados.
La vida útil del concreto armado, las mismas instalaciones, el daño humano y el caso mas curioso: la apropiación ilegal de las banquetas y la irregularidad en su geometría, son algunas de las razones del por que no se respetan y mucho menos nos da esa seguridad de transitar en ellas. Ahora, abordando el tema de la apropiación ilegal de las banquetas, nos referimos a modificar las banquetas con base en nuestra voluntad, ya sea para que entre un auto, haciendo que construyamos rampas para el auto, haciendo inaccesible el paso para peatones. En ocasiones incluso tomando el lenguaje arquitectónico de nuestra casa o edificio y aplicándolo en la banqueta; en lenguaje más coloquial se traduce en ponerle piso, acabado ajeno al original y, el más preocupante, agregar desniveles (escalones) o modificar la banqueta en sus proporciones.
Pero ¿existen multas o sanciones para quien tiene dichas practicas mencionadas? La respuesta es sí, sin embargo, en el seguimiento a las mismas yace el problema. Por eso nuestra tarea como ciudadanos es orientarnos con especialistas en el tema, con el fin de garantizar que nuestras banquetas sean universalmente accesibles, para permitirle a todas las personas gozar realmente de nuestro derecho a la movilidad.
Autor:
Angel Preciado Domínguez
Arquitecto, entusiasta del urbanismo y el ordenamiento territorial. Cofundador del despacho de urbanismo y arquitectura UrbanDot.mx