UD-BLOG-11 JUNIO 22
NOIR COLOR

El valor de nuestros espacios

Por Angel Preciado Domínguez

Cerramos un nuevo mes y así damos el inicio de una nueva serie de entradas para este blog en el cual hablaremos de cómo ciertos elementos o situaciones hacen que aumente o disminuya el valor de nuestros espacios, sin descuidar la serie de “la ciudad de la resiliencia”, por lo que, volviendo a esta nueva serie, a veces como dicen “pequeñas cosas hacen la diferencia” y que pensarías que hay pequeñas cosas que con el pasar de los años ya no son para nada pequeñas y además no nos aporta una pequeña diferencia sino una gran diferencia, por lo que, en esta ocasión, estamos hablando de la vegetación, específicamente de los árboles.

En la actualidad casi la gran mayoría de la sociedad tiene en sus memorias que, en casa de sus abuelos, el estar con ellos en los espacios abiertos de sus hogares podría traer el recuerdo de los grandes árboles que estaban ahí, así como las experiencias que vivieron en esos espacios. Mientras que en el presente con el pasar el tiempo ese tipo de experiencias naturalmente evolucionan con diferentes condiciones que pasan en nuestros entornos, sin embargo, el tiempo pasa y nosotros poco a poco vamos tomando un mayor juicio del gran papel que toman nuestros árboles en nuestros espacios, donde tendríamos presente las campañas “de planta un árbol” o “no tires basura en los espacios públicos”, “no tires las colillas de cigarros”, entre otras afines al tema.

Las campañas mencionadas normalmente nos plantean el beneficio y el cuidado que le damos a nuestro planeta en materia de medio ambiente, pero si un ciudadano promedio se pregunta yo al plantar un árbol, que valor me da, la respuesta es mucho valor, ya que estamos hablando de integrar a nuestros espacios un ser vivo, que, si bien está estático, aún así sigue siendo un ser vivo, el cual necesitara cuidado, mantenimiento y en la gran mayoría de los casos riego.

Como todo ser vivo tiene su proceso, donde aquí es importante recalcar algo que mucho o desconocen o en el peor de los casos omiten que es: cada árbol tiene mejores adaptaciones al clima y ala región de donde este, por lo que el pensar que un árbol visto en alguna multimedia que nos rodea el día a día, nos he sencillo el proponerlo en nuestros espacios, sin embargo, lo más probable que no tenga un correcto crecimiento.

El valor que un árbol nos da, nos podríamos poner estadísticos en temas de medio ambiente, además del gran valor que nos da referente a nuestros climas ya sean muy cálidos o muy fríos, pero, con el hecho de ya contar con arboles en nuestros espacios, elevaba el valor del inmueble considerablemente, así como el pensar emular en los alrededores (si es posible) la plantación de árboles.

El truco aquí es tener paciencia, ya que es un proceso bastante lento para tener los resultados esperados pero, como todo ser vivo, una vez madurado valdrá la pena el resultado, por eso no hay que tomar el camino fácil para cumplir las normatividad actuales en materia de áreas verdes, así como conocer manuales que ya existen en nuestros estados para el implemento y estrategias en infraestructura verde y acercarse a especialistas en materia de infraestructura verde si se tiene pensado aumentar el valor de nuestros espacios.

 

Autor:

Angel Preciado Domínguez

Arquitecto, entusiasta del urbanismo y el ordenamiento territorial. Cofundador del despacho de urbanismo y arquitectura UrbanDot.mx

 

 

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