
La ciudad y su resiliencia- El tráfico
Por Angel Preciado Domínguez
La pandemia es una situación que lleva más de 2 años anunciada, sin embargo, en nuestro país poco a poco ya se están retirando las medidas de sanidad que en un inicio se indicaron, así como los filtros y prácticas de las mismas, por lo que cada día parece acercarnos más a esa “nueva normalidad” de manera formal, por lo que actividades como el home office y las clases virtuales o híbridas están volviendo a modo presencial, porque, ajenos a posiblemente no estar informados de la actualidad de las medidas del sistema de salud indique o simplemente dejar de salir hacia los alrededores de nuestra ciudad, hay un factor que en nuestra ciudad que hace que sea notorio ese aumento de actividades en el exterior: el tráfico en las calles.
Cuando hablamos de tráfico posiblemente lo primero que se nos viene a la mente es estar contando los semáforos para poder continuar hacia el destino, y también puede ser no relacionarlo únicamente con los automóviles, ya que en el tráfico también están otros medios de transporte.
Por esto vuelve el tiempo ser un factor clave en nuestra organización del día a día. Entonces, es muy sencillo asumir que, mientras las actividades generales de familia convencional promedio se reactivan, los rangos de horas y los días donde se incrementa en el tráfico son más notorios, y llegamos a decir “es la hora del tráfico”.
Como es de esperarse, el crecimiento poblacional es una de las principales razones del aumento del tráfico vehicular, y normalmente los sistemas de transporte que contamos hacen que no se reduzca el uso del automóvil, por lo que, en nuestras ciudades se crea un efecto dominó donde, en un panorama lineal, podríamos ver cómo las vías para el tráfico vehicular ocupan gran parte de la misma, por lo anterior podríamos preguntarnos si algún día reducirá el flujo vehicular, y la respuesta es: sí.
Ciudades han hecho estrategias e implementan infraestructura para impulsar otros medios de transporte, pero los autores involucrados en esta ecuación son actores públicos, que en contraparte, los automóviles son bienes materiales de carácter privado, entonces nos queda el análisis que pueda ser una barrera el consumismo de automóviles a la disminución de tráfico, porque si volteamos a nuestro país vecino del norte, el uso del automóvil es prácticamente obligado, aunque el costo de gasolina sigue en aumento y, en respuesta a lo anterior, el uso de vehículos eléctricos, con lo cual nos queda grabado que hasta franquicias fílmicas cuentas como protagonista el automóvil.
Estaremos posiblemente de acuerdo que la finalidad de un trayecto es el llegar a el destino, sea cual sea la situación, por lo que el uso de medios de transporte es clave, pero eso no quiere decir que la primera opción sea el automóvil, no por el hecho de ser un bien material personal, sino por la libertad de la misma.
Por lo que el reto es crear ciudades que promuevan el uso de otros medios de transporte para actividades cotidianas y así reducir el uso del automóvil, y con esto, crear una nueva experiencia en el uso del automóvil y no como un bien material que siempre tiene que estar con nosotros.
Autor:
Angel Preciado Domínguez
Arquitecto, entusiasta del urbanismo y el ordenamiento territorial. Cofundador del despacho de urbanismo y arquitectura UrbanDot.mx